El ser humano es un ente sociohistórico poseedor de un cerebro social evolutivamente dotado de mecanismos biológicos marcadamente flexibles y variables, cuyo desempeño vital transcurre en un ambiente sociocultural y material, del cual es parte activa. En este ambiente, su vida depende en una medida considerable de tareas tan aparentemente simples como reconocer rostros, presuponer las intenciones del otro, engañar o identificar el engaño. Todo esto forma parte una cotidianidad, donde los procesos de trasmisión y asimilación de la experiencia social, histórica y cultural, se constituyen en un imperativo para la adaptación óptima al medio, lo cual se traduce en supervivencia.

Por ello, la sociedad humana, demanda de manera constante y creciente, nuevos aprendizajes sociales, comportamientos adaptativos inteligentes, toma de decisiones óptimas y flexibles, que le permitan sobrevivir en esa gran selva despiadada y convulsa que es la propia sociedad. No es casual que la inteligencia humana y su capacidad de aprendizaje, de comunicación y de toma de decisiones, sean las más desarrolladas y flexibles del reino animal, aun cuando hoy día es conocimiento popular que el homo sapies sapiens (los humanos modernos), no ha sido la única especie de homínidos con un desarrollo intelectual importante (también lo han sido los Neanderthales, por ejemplo), o que en el reino animal no somos los únicos con conciencia de sí mismo, o inteligencia, por ejemplo.

Por ello, para la comprensión del comportamiento humano, de sus necesidades y posibilidades de adaptación inteligente y creativa al ambiente social en el que se desarrolla, es fundamental entender los procesos mentales que subyacen a los mecanismos adaptativos e intelectuales del ser humano, así como explorar, medir, evaluar, diagnosticar esos procesos mentales, intelectuales y adaptativos. Es por esta razón que en la formación básica del psicólogo se hace necesario formar en el estudiante aquellos conocimientos relacionados con la integración de los procesos mentales e intelectuales en la regulación adaptativa del comportamiento humano, y desarrollar las competencias profesionales para su identificación, su medición y la interpretación de los datos derivados de todo ello.


La asignatura Psicología del Desarrollo de las Edades Tempranas y Preescolar permite al estudiante adentrarse en el apasionante mundo de las regularidades y los cambios que acontecen en el ciclo vital desde el nacimiento hasta los 6 años de edad, para explicar su por qué desde un punto de vista teórico y diagnosticar dichas regularidades y cambios en sujetos reales.