Todas las construcciones civiles, hidráulicas y arquitectónicas se construyen sobre la tierra y muchas de ellas se construyen con tierra. De ahí la necesidad imperiosa que tiene el Ingeniero Civil de conocer cómo se han formado los suelos y rocas en la naturaleza y cuáles son sus propiedades físicas y mecánicas que permitan evaluar si los mismos son capaces de soportar las cargas que sobre éstos actuarán como consecuencia de las estructuras que sobre ellos se construyan.